El Centinela de los Ilercavones
El relato cuenta que el centinela hacía guardia durante la noche en un lugar elevado sobre el gran río, donde sus antepasados habían construido uno de los poblados más importantes de la Ilercavona. Desde allí, controlaba medio mundo, sierras, montañas, llanuras y el gran río. Abstraído, no podía dejar de pensar en la chica que había visto en Iberia, vestida como una sacerdotisa, con dos elegantes rodillos a ambos lados de la cabeza, enjoyada y sosteniendo unas elegantes páteras. Más que la plata, sin embargo, eran sus profundos ojos verdes los que loe habían dejado sin respiración.
En el mismo lugar donde el centinela contemplaba el Ebro, se encontraron a principios del siglo XX brazaletes, pendientes, anillos, monedas, una pareja de bueyes de bronce, un brazalete y vasos de plata. Y también las páteras de plata dorada decoradas con cabezas de lobo, peces y cuadrigas.